Cuando el profesor te entrega el examen y comienzas a leer las primeras preguntas, ¿piensas en “voy a reprobar” o “no me acuerdo de nada”? Esta es una situación común para muchos estudiantes en época de exámenes, pero saber cómo manejarlo te ayudará a ser un mejor estudiante.
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El estrés es una respuesta automática y natural del cuerpo ante situaciones que resultan desafiantes. Debido a que el entorno cambia constantemente, muchas personas sufren de estrés pero aprenden a adaptarse a los cambios de una manera continua.
Los exámenes puedes llegar a considerarlos como una amenaza y esto provoca que padezcas de estrés escolar. Es común en niños y adolescentes, podrás notar como cambia tu rendimiento, conducta y hasta las relaciones con tus familiares o amigos.
Cuando los alumnos padecen de altos niveles de estrés pueden presentar síntomas depresivos o tendrán ganas de abandonar el colegio. Es importante que presten también atención a las siguientes señales:
Para mantenerte relajado debes concentrarte en mantener una respiración lenta y profunda entre 3 o 10 repeticiones, esto te ayudará a concentrarte mejor. Recuerda hacerlos cuando sea necesario y tomarte tu tiempo con cada respiración.
Organiza tu tiempo para estudiar lo más posible antes de un examen, si sientes que es un tema difícil puedes pedirle asesoría a tus profesores. Mientras mejor te prepares la ansiedad y el nerviosismo desaparecerán y te sentirás más seguro.
Los pensamientos negativos antes de presentar un examen pueden provocar que el cerebro crea que es verdad. Lo ideal es mantener pensamientos positivos como “me siento preparado para presentar el examen”, “obtendré los mejores resultados.” Aléjate de las personas con negatividad o que te puedan contagiar sus miedos del examen.
Déjanos saber en los comentarios si nuestros consejos te han servido o cuáles son las técnicas de estudio que utilizas para ser un buen estudiante.