Durante la vida escolar de tus hijos es normal que se encuentren más propensos a enfermarse, sobre todo cuando aún son pequeños, es decir que sean menores de 4 años, esto ocurre porque su sistema inmune aún se está desarrollando y están expuestos a contagiarse de más enfermedades entre sus mismos compañeros.
Esta es la enfermedad que se contagia con mayor facilidad debido a que los virus se encuentran en el aire. Para evitar que tus hijos contagien a otros niños enseñales cómo deben estornudar y toser correctamente.
Esta infección en los ojos se puede reconocer fácilmente por sus síntomas, como tener los ojos enrojecidos. Si ya se encuentran enfermos diles que no deben tocarse los ojos por ningún motivo.
El dolor de estómago, como retorcijones, con evacuaciones líquidas son frecuentes por una mala higiene de manos o por ingerir alimentos en mal estado. Lo ideal es que permanezcan en casa y se mantengan hidratados.
Esta enfermedad se propaga por medio de la saliva, podrás detectarla por la inflamación e hinchazón en la mandíbula. Enséñales a no compartir sus alimentos y bebidas directamente con sus compañeros.
Estos tipos de contagios son normales, pero no es motivo para evitar que tus hijos asistan a clases; lo mejor que puedes hacer es enseñarles como deben cuidarse y cómo podrán evitar enfermar a sus compañeros.
Algunas medidas básicas para prevenir enfermedades en tus hijos:
Compárteles la importancia de lavarse las manos varias veces al día, sobre todo antes de que coman y después de ir al baño.
Explícales que no deben tocarse los ojos, nariz y boca con las manos sucias.
Habla con ellos para que eviten estar en contacto directo si observan que un compañero está enfermo.
Ofreceles una dieta saludable; al llevar una correcta alimentación, que sea variada y nutritiva, les permite fortalecer las defensas naturales de sus cuerpos.
Establece un horario de dormir adecuado que les permitan descansar y fortalecer su sistema inmunitario.
No te olvides de vacunar a tus hijos en las fechas establecidas para que produzca los anticuerpos necesarios que le permitan luchar contra ciertas enfermedades.
Si tu hijo está enfermo evita llevarlo a clases, los malestares que lo afectan no lo ayudarán a tener un buen desempeño en el colegio, permite que se recupere mejor y evite contagiar a sus compañeros.